lunes, 17 de septiembre de 2012

como dejan entrar politeístas a la universidad




"Yo os exhorto hermanos míos, a permanecer fieles a la tierra"... ¹

Y la tierra es lo rugoso...²




Estoy empantanada, más bien a la deriva, en el dilema que implica saberme divorciada de la 'modernidá', en cuanto progreso prepotente sobre lo preexistente, y a la vez hija de la fibra óptica y el siglo de plástico.
...y sin tener por encuanto un rinconcito de lenguaje en el que encuentre esa raíz esquiva que me constituye, a mí y a los de mi generación.
Si pudieramos al menos refugiarnos en la dulce patria guaraní, en el profundo saber aymara, en una precisa concepción galesa...Cualquier refugio tentativo en una cosmovisión íntegra redunda en la sensación de saberme fruto de una cultura en crisol batida con minipimer.
Lo amorosamente humilde y despojado, lo jugoso y lo barroco, las huellas del colono arraigado y del imperio desnutrido, el todo dinámico de la ciudad bombardeándome el alma y los ojos. La cabeza tentando acompañar...
Con esperanza intento abrazar la rugosidad, como genuina expresión de la diversidad que nos mantiene cohesionados, unidos como comunidad polimorfa. Bicho de mil cabezas y cada una habla en su propio idioma..

Este malambo en el hacer aflora, las manos temblorosas se cristalizan en el dibujo y ahí queda evidenciada la genuína nebulosa cultural en la que viscosamente flotamos muchos jóvenes ciudadanos.

proyecto Azul, área rural - Centro de promoción tecnológica

Diálogo entre ¹ F. Nietzsche, Ecce homo   y  ² C.Caveri, Mirar desde aquí.


minha patria é minha língua


La ciudad es la lengua.
La lengua viva, muta, se incinera, se transforma, se retuerce, brilla y crepita.
La lengua se mide, se codifica, se parte, se frantuma, se fragmenta.
La lengua rutila, titila, resplandece, se enciende.
La lengua se inventa andando, cantando, caminando.
Todos somos la lengua y la lengua nos retiene.
La lengua sostiene la idea, traiciona, inunda, se cura y se expande.
Nos pare la lengua, nos cobija, nos expulsa.
La lengua sola se lame.
Y la ciudad también.

(...)

A língua é minha pátria
E eu não tenho pátria, tenho mátria
E quero frátria.


fragmento de Língua, de Caetano Veloso.


La habitación del sin cara - El viaje de Chihiro

domingo, 19 de agosto de 2012

  Gran parte de los ritmos folclóricos sudamericanos, están estructurados rítmicamente por la superposición constante de tres negras (1/3 de segmento de tiempo= compás) contra dos negras con punto (1/2 de compás), es decir agrupación de seis  golpes iguales (corcheas) en tres grupos de dos y dos grupos de tres. El contenido del compás es siempre seis corcheas y va cambiando donde se pone el acento. Esto se conoce comúnmente como "tres contra dos".         

   Así, por más que el material sea el mismo, uno sabe si están tocando una zamba, una cueca o una chacarera (además de por la forma danzable) por la manera de acentuar una corchea u otra, un golpe u otro.

vereda cueca, chamamé, chaya, vereda zamba, vereda chacarera,
 zamacueca, guarania, polca, gato, joropo,vereda landó, vereda panamérica

   Si el carácter de la vereda define el grado de urbanización de una u otra calle, como sugiere Jane Jacobs en "El uso de las aceras", en ésta, la vereda de uno de los tantos puentes que cruzan la Panamericana, el diablo metió la cola.

   Dudo que nadie haya nunca dibujado en su lomo una rayuela. Mucho menos invita a  instalarse con la reposera a tomar el matecito vespertino. Sin embargo, el simple ritmo de sus baldosas hace el milagro necesario para habitarla. 

 Esta vereda pareciera sonar distinta si cruza el puente un porteño, un misionero, un paraguayo, un mendocino o un chileno.
 Como si, sin querer, el paraguayo que colocó las baldosas, empapado del fluvial sonido de la autopista, (que a nadie remite a un paisaje ribereño), hubiera dejado escapar un poquito de su esencia chamamecera, que llega hasta las botamangas de un músico ciudadano.

A mi me tocó un día irme muy lejos
pero no me olvidé de las vederas
Aquí o allá las siento en los tamangos 
como la fiel caricia de mi tierra.
      (fragmento de "Veredas de Buenos Aires", Julio Cortázar)


  Me gusta ver como podemos recuperar los no-lugares que genera una autopista como un tajo que fragmenta un barrio, que plantea una realidad dicotómica, con un lado y otro lado y no como una comunidad entera: con el humilde trabajo de hormigas culturales, cargando de contenido hasta las rayitas de la vedera.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Habitamos nuestro cuerpo como habitamos el mundo. 
Dejamos nuestro fino rastro plateado tras nuestros actos como todo caracol. 
Imprimimos nuestra intención en el mundo material que nos rodea.


No te vayas, quédate
 que ya estamos de vuelta de todo 
y esta casa es nuestro modo 
de ser...