La ciudad es la lengua.
La lengua viva, muta, se incinera, se transforma, se retuerce, brilla y crepita.
La lengua se mide, se codifica, se parte, se frantuma, se fragmenta.
La lengua rutila, titila, resplandece, se enciende.
La lengua se inventa andando, cantando, caminando.
Todos somos la lengua y la lengua nos retiene.
La lengua sostiene la idea, traiciona, inunda, se cura y se expande.
Nos pare la lengua, nos cobija, nos expulsa.
La lengua sola se lame.
Y la ciudad también.
(...)
A língua é minha pátria
E eu não tenho pátria, tenho mátria
E quero frátria.
fragmento de Língua, de Caetano Veloso.
La habitación del sin cara - El viaje de Chihiro |
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